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San José

San José, esposo de la Bienaventurada Virgen María, varón justo, nacido de la estirpe de David, que hizo las veces de padre para con el Hijo de Dios, Cristo Jesús, el cual quiso ser llamado hijo de José, y le estuvo sujeto como un hijo a su padre.

La Iglesia lo venera con especial honor como patrón, a quien el Señor constituyó sobre su familia.

Aparece representado dos veces en nuestra Parroquia.

 

  Este conjunto escultórico fue realizado por Juan Martínez Montañés.

 Como es habitual en las representaciones del Patriarca tras el Concilio de Trento, sus facciones quedan rejuvenecidas, fruto de una mayor devoción hacia su figura, partícipe activo en la vida de la Sagrada Familia.

 Transmiten dos sensaciones encontradas, la quietud de la unción que conjugan sendos protagonistas, al mismo tiempo, que las posturas, con los brazos elevados y el manto recogido aluden al movimiento hacia el frente.

 San José, con apariencia clasicista, centra su mirada en el Niño, indicando quién es el auténtico protagonista de la pareja, y lleva la tradicional varita de azucenas.

 

 Esta imagen debe atribuirse al taller de Cristóbal de Guadix, autor del retablo a inicios del siglo XVIII.

 San José, con el Niño Jesús entre sus manos y con la vara de azucenas, adelanta el pie derecho, como signo de que su peregrinar por la vida tiene como centro único al Niño Jesús.

 No mira al fiel que le reza, sino que dirige su mirada al recién nacido, mostrándose así como uno de los partícipes en su cuidado.

 

Gracias a la exaltación de la figura de San José, promovida especialmente por diversas órdenes religiosas desde finales de la Edad Media y reforzada por el Concilio de Trento, es común encontrar capillas dedicadas a San José en los templos, así como verlo representado de forma aislada en retablos.