En línea con las informaciones que hemos ido publicando en los pasados días sobre el proceso de restauraicón de la Nave del Evangelio, abarcamos hoy los medallones pintados en la zona intermedia de los muros.
La práctica totalidad de las pinturas que podemos encontrarnos decorando los muros de la fábrica parroquial fueron ejecutadas por Lucas Valdés, quien sería acompañado por su taller dada la amplia dedicación que conllevó. Todas ellas fueron realizadas a inicios del siglo XVIII.
Tengamos en cuenta que la actual parroquia fue anteriormente el convento dominico de San Pablo, lo que conlleva que el programa iconográfico del templo esté vinculado con dicha orden, siendo en el caso que nos atañe, la especial conexión con la devoción al Rosario.
Y es que, la nave del Evangelio está decorada con medallones que campean bajo el friso de yeserías, cuya temática es la de los misterios dolorosos del Rosario. En el tramo de nave recién abierto aparecen la Flagelación y la Coronación de Espinas.
Antes de la intervención que está desarrollando un equipo de profesionales dirigidos por Carlos Peñuela, dichos medallones estaban en muy mal estado de conservación, por lo que vamos a describir cómo se han podido recuperar para que luzcan a la perfección como ahora podemos ver.
En primer lugar, la orla de tipo vegetal que circunda a los propios medallones resultó lo más sencillo dentro de la complejidad del conjunto, ya que gracias a la comparación con otros mejor conservados, se pudieron tomar de referencia.
Por su parte, las escenas de la Pasión de Cristo aquí situadas necesitaron de una investigación más profunda, siendo vital la utilización de una fotografía del desaparecido paso alegórico del Dulce Nombre de Jesús, de la Hermandad de la Quinta Angustia, donde se pueden apreciar a la perfección.
Así pues, se sacaron a escala real unas plantillas con dichas escenas, para con la técnica de la punción ir definiendo el dibujo. La recuperación de la policromía se debe a análisis químicos en los restos conservados, y se compararon otras escenas para estudiar correspondencias.
La técnica pictórica que se ha llevado a cabo en la recuperación de los medallones ha sido la del rigatino. Se efectúan trazos muy finos y verticales con una pintura reversible, sólo identificable en la cercanía, permitiendo la correcta lectura de la pieza en la distancia.
Estos procesos han permitido la recuperación de unos medallones, de notable importancia para el apartado decorativo del templo, que nos vincula a sus orígenes y que una vez intervenidos, contribuyen a un mejor desarrollo del mensaje catequético que guardan.
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