La recuperación de la luz.
La importancia de la luz en el interior de las iglesias, tanto por su funcionalidad como por su simbología espiritual, es más que notable. En la restauración de la nave del Evangelio se está consolidando dicha circunstancia, la luz vuelve.
Con la exclaustración de los dominicos de San Pablo el Real y su conversión en Parroquia de la Magdalena, los ámbitos auxiliares al templo pasaron a manos ajenas, entre ellas el claustro, cuya galería superior coincidía con las ventanas de la nave del Evangelio. Para manifestar de forma evidente el uso y la propiedad diferenciada, fueron tapiadas.
Revirtiendo la situación, una de las acciones que se están llevando a cabo en los trabajos de la nave del Evangelio es la reapertura de esos vanos para permitir de nuevo la entrada de la luz, mejorando la contemplación del fiel en el templo de las piezas ornamentales y de relación con las devocionales.
Debido al desconocimiento del diseño que originariamente tendrían dichos vitrales, se ha optado por la repetición de los ejecutados en las ventanas inmediatamente superiores, dispuestas en la nave central.