(Artículo de Aurora Ortega)
Hoy en el santoral hemos celebrado un día muy especial, el de nuestra Santa, y el que le da nombre a nuestra parroquia.
Después de la Virgen María, aunque nuestra Madre está elevada a un estatus superior, como así se expone en el Quinto Misterio de Gloria del Santo Rosario, no cabe duda que si hubo una mujer totalmente humana que sufrió ante la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo fue Santa María Magdalena.
María Magdalena tiene un lugar privilegiado y una presencia destacada no solo en los cuatro Evangelios, también en sermones, oraciones, en la liturgia, conventos, parroquias, cofradías… y ha sido inspiración de grandes artistas que la han pintado, tallado y esculpido.
En cuanto a la difusión de esta Santa Mujer, no podemos obviar a los padres dominicos, y entre ellos a los que le dedicaron sus escritos para promover entre los fieles la devoción a la Santa: San Vicente Ferrer (s.XV), Fray Luis de Granada (s.XVI) y el padre Lacordaire (s.XIX).
A nuestra parroquia la trajo Felipe Malo de Molina en 1707, provista como no podía ser de otra forma con su pomo o pomero donde guardaba aquel ungüento, el mismo ungüento que apresurada llevó aquella noche hacia la Santa Cueva, sin temor a la oscuridad, sin miedo a aquellos que vigilaban el sepulcro, y allí quedó su asombro cuando el sepulcro quedó vacío."Tú fuiste la primera que lo viste resucitado, porque tú fuiste la primera en buscarlo".
Además de la bellísima escultura de Malo de Molina, en la parroquia tenemos dos imágenes más de Santa María Magdalena, a las que le puso rostro y figura el genial pintor Francisco de Zurbarán, feligrés de nuestra iglesia.
Desconocemos el motivo pero en julio de 1917 durante la semana del Triduo y Función Solemne de la Santa estuvieron expuestos estos cuadros delante de la reja que dividía por aquel entonces el altar mayor. Por unos días las tres representaciones de la Magdalena compartieron espacio junto al altar, donde Jesucristo, al que ella predicó con su palabra y su ejemplo, invita cada día a todos al banquete sagrado.