Hoy celebramos la festividad de San Pío V, muy presente en nuestra parroquia, lo podemos ver en el altar de la capilla mayor y también en la obra de Lucas Valdés: La Batalla de Lepanto, que se encuentra en la nave de la Epístola.
En el siglo XVI, y posteriores Pío V será siempre el Papa que pidió espadas a los reyes cristianos para rodear la Cruz, como cuenta el poema de G.K. Chesterton de título: Lepanto.
“Han defendido las repúblicas blancas por los cabos de Italia,
han arrojado sobre el León del Mar el Adriático,
y la agonía y la perdición abrieron los brazos al Papa,
que pide espadas a los reyes cristianos para rodear la Cruz”.
Lepanto, traducción de Jorge Luis Borges.
Ejemplo de pobreza, humildad e inagotable actividad, es elegido dos veces prior por los hermanos de su Orden. Todo lo edifica sobre la oración. Siendo Papa Pio V visita a pie las iglesias de Roma. Su vida testifica la palabra del apóstol Pablo: "¿No sabéis que sois santuario de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?"
Desde el momento en que es elegido Papa, conservará el espíritu y el hábito dominicano dedicándose con total decisión a poner en práctica, con el ejemplo de su vida, todas las consignas del Concilio de Trento para la reforma de la Iglesia y el bien de las almas.
San Pío V murió en Roma el primero de mayo de 1572, tenía sesenta y ocho años y siete de papado.
Sería canonizado por Clemente XI, el 22 de mayo de 1721.
A continuación incluimos una imagen de archivo de una transcripción en libro registro de una parte de una Bula suya, poco antes de morir, sobre el establecimiento de un hospital para curar enfermos en la casa de Nuestra Señora de las Mercedes de la ciudad de Panamá, bajo la regla de San Agustín. Roma, 13 de enero de 1572.
Artículo de Aurora Ortega, investigadora de nuestro archivo parroquial.