Hoy conmemora Sevilla el día de su patrón, el rey San Fernando (24 de junio de 1199-30 de mayo de 1252). Fue San Fernando un zamorano para su cuna y un sevillano para su destino, como otros personajes ilustres que tuvieron a bien adoptar a nuestra ciudad como la suya propia.
San Fernando conquistaría Sevilla un día 23 de noviembre de 1248 sometiendo al emir Axataf, que capitularía entregando las llaves de la ciudad a Fernando III, esto supuso el fin del dominio árabe.
El rey Santo se caracterizó por su gran devoción mariana y se dice que en Sevilla actuó bajo la protección de la Virgen de los Reyes, la cual lo acompañó en esta hazaña, tal y como lo pinta Lucas Valdés en el mural de nuestra parroquia, situado en el crucero donde termina la nave del Evangelio. En la escena aparecen también, además de un gran número de prelados, la reina y dos órdenes religiosas, por un lado los mercedarios representado por San Pedro Nolasco y por otro lado los dominicos por Santo Domingo.
A partir de este momento y en agradecimiento a Dios, San Fernando mandaría a construir sobre la mezquita musulmana, el mayor templo de la Cristianidad, nuestra catedral, donde reposan sus restos desde el 30 de mayo de 1252 año de su muerte. Momento este de sus postrimerías bajo el techo de los Reales Alcázeres que es recogido por su hijo Alfonso X el sabio en sus escritos y lo pintaría más tarde el pintor Virgilio Mattoni
Se le atribuye al rey Alfonso X el epitafio que mandó colocar en la capilla donde yace su padre y que aquí les transcribimos en castellano moderno:
“Aquí yace el muy honrado Fernando, señor de Castilla y de Toledo y de León y de Galicia, de Sevilla, de Córdoba, de Murcia, de Jaén, el que conquistó toda España, el más leal, el más verdadero, el más franco, el más esforzado, el más apuesto, el más granado, el más sufrido, el más humilde, el que más teme a Dios, el que más le hace servicio, el que quebrantó y destruyó a todos sus enemigos, el que alzó y honró a todos sus amigos y conquistó la ciudad de Sevilla, que es cabeza de toda España”.
La ciudad también comenzará a experimentar grandes cambios en su nuevo entramado urbanístico, con un nuevo sistema político y una organización social muy diferente a la que se había estado viviendo hasta el momento y por último y no menos importante además nos dejó como protectora a la Virgen de los Reyes, patrona de la Archidiócesis.
(Información elaborada por Aurora Ortega)