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Sagrario

En el testero de la capilla sacramental de la parroquia de Santa María Magdalena se alza un retablo neoclásico construido en madera por el maestro ensamblador Miguel Albín entre 1816 y 1817, habiendo sido pintado imitando mármoles y jaspes, con los perfiles dorados. Su realización la contrató la Hermandad de Nuestra Señora del Rosario del convento de San Pablo, pues en este recinto sagrado daba culto por entonces a su imagen titular, modelada por el escultor Cristóbal Ramos en 1787. Consta el retablo de mesa de altar, banco, cuerpo y ático. En el centro del banco se sitúa el soberbio sagrario de plata que la Hermandad Sacramental de la Magdalena costeó en 1784, estando punzonado por el orfebre Blas Amat. Ya en el cuerpo principal, articulado mediante cuatro columnas de orden corintio, se abre un amplio baldaquino central en cuyo interior se cobija una monumental Inmaculada Concepción de mediados del siglo XVIII, que puede atribuirse con pleno fundamento al quehacer del escultor sevillano Benito de Hita y Castillo (1714-1784), saliendo cada año en la procesión del Corpus parroquial. En las calles laterales se sitúan dos espléndidas esculturas de los arcángeles San Miguel y San Gabriel, que fueron talladas entre 1663 y 1664 por Pedro Roldán, y que proceden de un desaparecido retablo barroco que hubo anteriormente en esta misma capilla. Por último, el ático queda centrado, entre columnas corintias pareadas, por un lienzo de la Santísima Trinidad pintado por Manuel María Fernández, mientras que en los extremos de este coronamiento reposan sobre ménsulas sendos ángeles tallados por el escultor de origen genovés Juan Bautista Patrone y Quartín.

José Roda Peña