Entre finales del siglo XII y principios del XIII, un grupo de peregrinos, ermitaños, algunos de ellos provenientes de las Cruzadas van a reunirse con carácter eremítico junto al Monte Carmelo en Palestina y allí van a conformar esta institución religiosa basada en aquellos fundadores de los Hijos de los Profetas, llamados Elías y Eliseo que aun perduraban en aquel sagrado monte.
El gran patriarca Alberto de Jerusalén será quien les conceda lugar: iuxta Fontem in monte Carmeli (junto a la fuente del Monte Carmelo) y les redacte sus normas en una breve: formula vitae.
Junto a esta fuente construirán un pequeño oratorio y una pequeña capilla dedicada a la Virgen María y de ahí les vendrá su nombre: “Hermanos de la
Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo”, o simplemente Carmelitas, y así se les seguirá llamando hasta el día de hoy.
Sería el primer día de octubre de 1247, cuando el Papa Inocencio IV reconoce la orden de los Carmelitas como orden mendicante y de esta forma comienza su expansión por toda Europa, pero con graves problemas en cuanto a su congregación, ya que ni siquiera tenían un fundador jurídico como era el caso de franciscanos con San Francisco de Asís o los dominicos con Santo Domingo de Guzmán, y será dentro de este marco jurídico donde se entiende la aparición en la vida carmelita de San Simón Stock, prior general de la orden al que un 16 de julio de 1251 la propia Virgen le entregó el Santo Escapulario, de esta forma quedaría probada la verdadera pasión de la orden por su advocación mariana.
Pero, ¿De dónde le viene el patronazgo de los marineros a la Virgen del Carmen? Esto no ocurrirá hasta el siglo XVIII, cuando un almirante mallorquí de nombre Antonio Barceló Pont, cuando ya estaba muy extendida la festividad del Carmen y siendo este almirante un gran devoto de la Virgen, impulsó esta celebración entre la marinería que el dirigiría durante años, de esta forma se fue implantando y relevándose por el patronazgo de San Telmo, que hasta el momento era patrón de los marineros.
Cuenta la leyenda que este almirante rezaba cada día con los versos que San Simón Stock dedicó a la Virgen del Carmen:
"Flor del Carmelo
Viña florida,
esplendor del cielo,
Virgen fecunda, singular.
¡Oh Madre tierna,
intacta de hombre,
a todos tus hijos
proteja tu nombre,
Estrella del Mar!
La Virgen del Carmen en nuestro templo
Nuestro templo alberga una capilla presidida por una Virgen del Carmen. Segun el profesor e investigador de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla, José Roda Peña, en la Guía breve del patrimonio histórico de nuestra parroquia, esta talla de la Virgen del Carmen, "de manera provisional, por afinidades estilísticas y morfológicas, pueden atribuirse al escultor de origen genovés Juan Bautista Patrone y Quartín (1749-c. 1832), a quien también se adjudica, por ejemplo, la Virgen del Carmen de las gradas de la iglesia colegial del Divino Salvador de Sevilla".
(Artículo de Aurora J. Ortega)
