Esta capilla era la de Santa Catalina de Siena (1347-1380), la santa más relevante de la Orden de Predicadores hasta que surgió en el siglo XVI la personalidad de Santa Rosa de Lima; es por ello muy comprensible que su capilla se encontrara en la cabecera de la nave de la Epístola junto a la de la Venerable Orden Tercera de Santo Domingo que es la que actualmente ocupa la Hermandad del Calvario. Así pues, este retablo fue diseñado para que lo presidiera la imagen de la santa, figurando en el ático una representación del tema de la Estigmatización de Santa Catalina de Siena. El retablo es de comienzos del siglo XVIII de autor desconocido y tiene como elementos sustentantes columnas salomónicas; usa decoración de rosas talladas, siendo idéntico y simétrico al que tiene enfrente y que actualmente ocupa la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, siguiendo un diseño en sus elementos y estructura muy parecido a los que en la parroquia ocupan el Nazareno de las Fatigas, la Virgen del Buen Consejo, la Milagrosa o el Calvario, estando realizado este último por Cristóbal de Guadix en 1707.
Actualmente preside este retablo la imagen de San Antonio de Padua, que es obra anónima del segundo cuarto del siglo XVII. Tiene esta imagen una pose solemne con cierto hieratismo por la frontalidad y la verticalidad subrayada por los pliegues paralelos del hábito franciscano ricamente estofado que rompe con la imagen de proximidad que normalmente inspira este santo; la figura del Niño sin embargo presenta un dinamismo típico del Barroco.
San Antonio de Padua (1195-1231), también conocido como San Antonio de Lisboa, fue un joven fraile franciscano portugués que se llamó en el mundo Fernando Martim de Bulhoes y que destacó como teólogo escolástico y predicador al que acudían multitudes a escuchar, estando su vida llena de anécdotas tiernas que muchas veces tienen por protagonistas a los animales. Empezó su vida religiosa como agustino, con los que recibió una sólida formación, pero la noticia del martirio en Marruecos de unos frailes franciscanos le hizo tomar la decisión de cambiar de Orden en 1220 y hasta de nombre, escogiendo el de la ermita donde moraba, dedicada a San Antonio Abad. Marchó al Magreb, pero enfermó, y de vuelta a Portugal una tempestad desvió el barco hasta Sicilia; allí se enteró de la convocatoria en Asís del capítulo general de la Orden, participando en él en 1221, donde conoció a San Francisco (1182-1226), que por su fama de orador le encargaría predicar contra los cátaros en Francia y después enseñar teología a los frailes, instalándose en Bolonia y luego en Padua. San Antonio es tradicionalmente uno de los santos más populares y que despiertan más simpatías del santoral católico a nivel mundial, siendo canonizado en 1232 por el papa Gregorio IX. Su festividad se celebra el 13 de junio, atribuyéndosele muchos milagros y es patrón de los objetos perdidos y de quienes buscan pareja. En 1946 S.S. Pío XII lo proclamó Doctor de la Iglesia. Son sus atributos iconográficos la Biblia y el Niño Jesús, los cuales podemos ver aquí en sus manos.
En el nicho que ocupaba el sagrario de esta capilla se encuentra la cabeza de un Cristo del taller de Ruiz Gijón, de gran calidad artística.
Pedro Manuel Fernández Muñoz