Queridos feligreses y amigos de la Magdalena:
Soy consciente de los riesgos que comporta una carta como ésta: como solía decir Julián Marías, “es imposible contentar a quien no quiere contentarse”, y cualquier cosa que diga puede ser fácilmente malinterpretada. Pero aun así, creo que prima vuestro derecho a estar informados ante las noticias aparecidas sobre las actuaciones realizadas en la sacristía.
1.- Dichas actuaciones han pretendido solventar dos graves problemas funcionales, de naturaleza patrimonial y pastoral.
a) Respecto al problema patrimonial o cultural, la parroquia cuenta con un magnífico archivo histórico que recoge fondos documentales, desde principios del s.XVI, tanto sacramentales como relativos a fábrica, censos, capellanías, patronatos, etc., que proceden tanto de la misma Parroquia de la Magdalena como de la extinta de San Miguel (estos últimos están siendo catalogados mediante un convenio suscrito con la Universidad Pablo de Olavide).
Tal riqueza documental atrae, lógicamente, a un buen número de investigadores a los que no se puede atender debidamente por la carencia de un espacio digno donde desarrollar su función de una manera razonablemente cómoda y con la imprescindible seguridad para los fondos archivísticos con el personal que tenemos. Por ello, es frecuente que los veáis en las cajoneras, y de pie, dada la altura de las mismas.
b) La segunda cuestión os atañe más directamente a vosotros, verdaderas piedras vivas de este templo: como feligreses conocéis el creciente impulso a las actividades pastorales que, con la inestimable ayuda de los sacerdotes que ejercen su ministerio en esta parroquia, estamos realizando entre todos. A las necesidades tradicionales de un templo con una gran actividad sacramental y litúrgica (seis misas diarias, matrimonios y bautismos todos los fines de semana, multitud de cultos de sus cinco hermandades, etc.) se unen más recientemente la organización de nuevas actividades pastorales, espirituales y formativas (a lo largo del presente curso se han creado siete nuevos grupos y actividades: Pastoral de la Salud, catequesis de adultos y sacramentales, talleres, grupos de oración, Encuentros de Jóvenes, Aula de Cultura Sacra, etc.) De aquí que, desde el pasado mes de junio, el Sr. Arzobispo nombrase un sacerdote como vicario parroquial.
En muchos casos, estas actividades requieren una preparación y atención personalizada, a veces discreta, que no es posible conseguir con los espacios de los que hasta el momento disponemos.
Muchos de vosotros habréis tenido la experiencia de ser interrumpidos inoportunamente, en el único despacho existente, a mitad de una conversación privada conmigo o el vicario parroquial, porque los novios citados o los padres del bautizo ya estaban esperando. Y al revés, tener que abordarnos en los pasillos o la propia sacristía, en medio de extraños, para relatar un problema que os angustiaba y no podía esperar a que el despacho se quedase libre.
2.- A pesar de su monumentalidad, o precisamente por ello, y dada la configuración arquitectónica de la parroquia,no es posible adecuar ningún espacio accesible donde estas personas puedan desarrollar sus funciones. De haber existido, muy posiblemente hubiésemos optado por otra solución.
3.- Por ello, después de buscar alternativas realistas y sopesar nuestras opciones, se pensó en una solución similar a las existentes en otros lugares tan emblemáticos como la Catedral o la Parroquia del Sagrario, entre otros. Es decir, adecuar un espacio en la sacristía, teniendo en cuenta: primero, sus dimensiones; segundo, que se trata de un espacio “reservado” (destinado principalmente a revestirse los sacerdotes) y, tercero, el hecho, fundamental, de que ésta ya se encontraba dividida y compartimentada mediante una mampara de madera y otros elementos como biombos y armarios (desde hace más de un siglo).
Los principios desde los que se trató de diseñar la solución fueron, fundamentalmente:
a) El escrupuloso respeto a todos los elementos estructurales u ornamentales existentes, de manera que bajo ningún concepto estos se viesen dañados, afectados o modificados. Por ello, en la actuación realizada no se ha tocado, ni siquiera mínimamente, ninguna pintura, azulejo, solería, etc. (señalar que esta última fue colocada ex novo en el año 1995).
b) La utilización en exclusiva de materiales y modos de actuación absolutamente reversibles y efímeros. Por ello, la utilización de perfiles y placas que precisasen de una minimísima intervención (se han colocado con un simple taladro).
c) Que su diseño fuese estéticamente lo más acorde posible con el conjunto de la sacristía, por más que siempre quedará un margen para los gustos.
d) Y finalmente, procurar que la visión de las pinturas de la bóveda, cuadros y elementos ornamentales de los paramentos se obstaculizase mínimamente.
4.- Teniendo en cuenta todo lo referido, se optó por sustituir el biombo o mampara movible ya existente, por otra fija, de semejante altura aunque mayor dimensión, que permitiese adelantar el magnífico armario de caoba ya colocado desde antiguo sobre la mampara existente desde finales del s. XIX, dejando un espacio que se podía acondicionar sin necesidad de obra de albañilería alguna.
4.- Teniendo en cuenta todo lo referido, se optó por sustituir el biombo o mampara movible ya existente, por otra fija, de semejante altura aunque mayor dimensión, que permitiese adelantar el magnífico armario de caoba ya colocado desde antiguo sobre la mampara existente desde finales del s. XIX, dejando un espacio que se podía acondicionar sin necesidad de obra de albañilería alguna.
Estéticamente, la nueva mampara colindante al mueble de caoba, llevaría maderas con la misma tintada de éste y reproducción de sus molduras. En el pequeño “pasillo o hall” que se origina como consecuencia de la nueva ubicación del mueble referido y la mampara colindante, las maderas, también de la misma tintada, reproducirían los cuarterones de la puerta y mampara ya existentes, de manera que, de algún modo, fuesen también como una prolongación de la misma.
En conclusión, en el proyecto de actuación se parte de los elementos ya existentes –mampara y armarios-, y se busca el menor impacto y modificación posible.
5.- Dadas la características de la solución querida, se trataba de confeccionar algo más cercano a un “mueble” (si bien de grandes dimensiones) que de realizar propiamente una obra.
6.- No obstante, ni que decir tiene que si, a pesar de los informes que solicitamos en su momento, cualquiera de las apreciaciones anteriormente descritas no estuviesen suficientemente fundamentadas o fuesen técnicamente erróneas, acometeremos cuantas modificaciones o actuaciones nos requieran las autoridades pertinentes.
7.- En cualquier caso todos los sacerdotes de esta parroquia, y especialmente el vicario parroquial y yo mismo, seguiremos esforzándonos para ofreceros la mejor atención pastoral posible en cada circunstancia. No os desaniméis ni ceséis en vuestro apoyo firme para que consigamos mantener un patrimonio cultural y religioso que nos llena de satisfacción a todos. Nadie está más interesado que nosotros en conservarlo y cuidarlo.
8.- Finalmente, como párroco no puedo dejar de lamentar este desagradable asunto, que inevitablemente os habrá entristecido como miembros activos de nuestra querida y entrañable parroquia de la Magdalena.
El Señor os bendiga y os guarde.