Uno de los elementos fijos de la liturgia es el atril empleado para apoyar el misal con la adecuada inclinación y trasladarlo con respeto y dignidad. Este atril pertenece a un conjunto de dos piezas idénticas que servían en las grandes solemnidades de la parroquia, como certifica la presencia del emblema del pomero y la inscripción de pertenencia a la fábrica de la Magdalena.